El ministro de Economía, Hernán Lacunza, sostuvo que el control de cambios es una medida "preventiva" y consideró que desde el Gobierno prefieren "pecar de exagerados que de escasos". Asimismo, dijo que "no habrá corrida sobre el dólar esta semana" y que la divisa podría mantenerse a $61 hasta diciembre. 

"Esto es un control de capitales a la dolarización", dijo Lacunza en en declaraciones televisivas anoche cuando se le consultó si la decisión del Banco Central constituye un nuevo cepo cambiario. Para explicar el porqué de las medidas, el funcionario repasó lo que sucedió en materia financiera tras las PASO.

"El riesgo país pasó de 900 puntos, que ya era alto, a 2000. El dólar pasó de $45 a $55 en una semana. Y no es cierto que el Banco Central especuló con una instrucción del Presidente", definió. 

El ministro habló de un escenario de "incertidumbre" respecto de si las reservas del Banco Central alcanzarían para toda la demanda potencial: los ahorristas que quieren dolarizarse, los depositantes que quieran disponer de su patrimonio y los pagos de deuda. Apuntó que las reservas disponibles del BCRA son unos US$ 57.000 millones.

Lacunza, admitió hoy que las medidas anunciadas para controlar el dólar son "incómodas y transitorias" y no corresponden a un "país normal"; pero negó el riesgo de hiperinflación y aseveró que ahora "el desafío es estacionar el barco en el muelle, pase lo que pase con las elecciones".

También resaltó que está hablando con la oposición e incluso "hay diálogo con el Frente de Todos", que aventajó ampliamente al gobierno en las últimas elecciones primarias.

Lacunza reconoció que "hay una crisis de confianza", pero aseguró que "no hay riesgo de hiperinflación"; manifestó su esperanza de que los ahorristas no retiren masivamente la plata de los bancos y destacó que hay aval de las arcas públicas para garantizar el dinero de la gente y evitar crisis como las del pasado.

"La Argentina parece un círculo en el que cada tanto se vuelve al mismo puerto. Este no es el puerto que soñamos, tendríamos que revisar las causas", dijo Lacunza, quien aseguró que "durante este gobierno se trabajó mucho en la sala de máquinas de ese barco, pero nos faltó el salón comedor y ese es el mensaje de las urnas".

"Ahora el desafío es estacionar el barco en el muelle, pase lo que pase con las elecciones", enfatizó, y dijo que la misión que le encomendaron es que "los pasajeros no sufran los vaivenes" de la nave.